El resurgir del Betanzos C.F.

Junio de 2002. Tarde calurosa de domingo. Voy al campo García Hermanos con unos amigos para ver al Betanzos jugar un partido clave en s...


Junio de 2002. Tarde calurosa de domingo. Voy al campo García Hermanos con unos amigos para ver al Betanzos jugar un partido clave en su lucha particular para obtener el ascenso a 2ªB. Un hecho que podría considerarse histórico. Había seguido todo el año la trayectoria del equipo porque tenía a varios amigos que formaban parte de la plantilla.

Después de hacer una temporada regular muy buena, alcanzando el tercer puesto, tocaba acabar la faena en la fase de ascenso. Tras las dos primeras jornadas el Betanzos era líder de aquel grupo A3 con 4 puntos, empatado con el San Sebastián de los Reyes. Por detrás, Ribadesella tenía 3 puntos y Gimnástica Segoviana 0. Ese día el Betanzos recibía al equipo castellano con el único objetivo de la victoria para dar un puñetazo encima de la mesa. Con el campo lleno de gente apoyando y con un poco de sufrimiento al final del partido, el Betanzos lograba imponerse 1-0 y salía favorecido del empate 0-0 entre los otros dos equipos. Ahora si, el Betanzos ya era líder en solitario de su grupo con 7 puntos a falta de las 3 últimas jornadas.

Tengo el recuerdo de salir del campo y ver a la gente del pueblo eufórica. Niños y mayores comentando el partido y echando cuentas de los puntos necesarios para lograr el ascenso. Después de que nuestros amigos saliesen de la ducha nos fuimos a tomar unas cervezas y todo era alegría y felicitaciones a los jugadores. Era imposible no contagiarse de aquella felicidad.

Esta historia debería haber tenido un final feliz, pero la realidad es cruel en ocasiones y al Betanzos le tocó el trago amargo. En la jornada 4 recibió un 7-0 en Madrid y ya no consiguió levantar cabeza, perdiendo los partidos restantes y quedándose en tercer lugar de la fase con aquellos 7 puntos. Nadie sabe que hubiera pasado de haberse conseguido aquella gesta. Cuando ocurren estas cosas es mejor no pensar.

A día de hoy, 14 años después, la realidad del club ha cambiado. En esta etapa que va del año 2002 al 2016 ha habido años mejores y peores en Tercera División y en Preferente, incluyendo un doloroso descenso a Primera Autonómica en la temporada 2014/15. En mi opinión este será el último paso atrás de este club. A nadie le gustan los pasos hacia atrás, pero quizás éste ha sido necesario. ¿Para qué? Para sentar las bases de un club humilde con un proyecto muy interesante y con un futuro muy prometedor.


Como cabeza visible de este proyecto se encuentra Dani Rodríguez, una pieza fundamental para que esto salga adelante. Conozco a Dani desde hace muchos años. Coincidimos como jugadores en equipos rivales durante mucho tiempo. Los dos jugábamos de mediocentros y nos teníamos que ver las caras durante los 90 minutos. Ya como jugador era un "pesado" con su equipo, siempre recolocando a sus compañeros para que el equipo nunca se descompusiera y estaba pendiente de la labor de todos. Nada podía salirse del guión que él tenía en su cabeza.

Esa obsesión por el orden y por tenerlo todo bajo control la sigue demostrando hoy en día como coordinador del club y como entrenador de los juveniles. Es un "loco" del fútbol. Lo vive con la misma pasión que yo y por eso entiendo su "locura". Pero si tengo que definir a Dani con una sola palabra, esa es TRABAJO.

Este trabajo de Dani y de muchas otras personas ha tenido su recompensa la temporada pasada. El primer equipo sólo ha permanecido un año en Primera Autonómica, logrando el ascenso directo de la mano de Andrés Andrade. Por si esto fuera poco pusieron la guinda a la temporada logrando la Copa de A Coruña en el estadio de Riazor. Todo esto lo han logrado gracias a unos futbolistas muy jóvenes e involucrados en el proyecto del que hablaba antes. Es más, han sido varios los juveniles que han estado entrenando y jugando con el primer equipo durante todo el año.

Con esta mezcla de jugadores en etapa senior y juvenil se logró conjuntar un equipo en el que para mi había una característica que sobresalía por encima del resto: la intensidad con la que jugaban. Ellos imponían el ritmo de juego que más les interesaba en cada momento y sometían a los rivales, que acababan las segundas partes agotados. Aparte de esta alta intensidad, me gustaría destacar el alto grado de atención y concentración que mostraban en cada partido. Los chicos salían al campo con las ideas muy claras a pesar de su juventud. No daban muestras de debilidad ni dejaban lugar para las dudas. En estos aspectos tiene mucho que ver, bajo mi punto de vista, el trabajo del entrenador durante la semana.

Todo el "traspaso" de jugadores al primer equipo durante este año nos podría llevar a pensar que el principal perjudicado sería el equipo juvenil. Pues todo lo contrario. Dani consiguió que los chavales formaran un grupo con unas características similares al equipo de Primera Autonómica, consiguiendo el premio final del ascenso. Año redondo para el Betanzos C.F.


Pero ahí no queda todo. El club cuenta ahora con equipos en todas las categorías, comandados por gente muy cualificada e implicada en el proyecto común de dar pasos hacia delante. Y es aquí donde reside la clave de los grandes proyectos. En la gente joven e ilusionada que quieren lo mejor para su equipo de toda la vida.

Es por todo ello por lo que estoy seguro de que esto no es flor de un día. Estamos asistiendo al resurgir de un club, a una nueva versión 2.0, para llevarlo al lugar que le corresponde. Y yo sé que lo van a conseguir tarde o temprano a través de aquella cualidad de la que hablábamos antes: TRABAJO. Por el bien del fútbol hay Betanzos para rato.

Artículos relacionados

0 comentarios

Flickr Images