La necesidad de los representantes

Hoy me voy a tirar a la piscina y me voy a mojar contradiciendo la opinión generalizada del aficionado al fútbol, que opina habitualmen...


Hoy me voy a tirar a la piscina y me voy a mojar contradiciendo la opinión generalizada del aficionado al fútbol, que opina habitualmente que "los representantes no sirven para nada".

Primero, los voy a defender porque conozco a alguno y sé de primera mano la labor que realizan en beneficio de sus futbolistas ¿Y en beneficio propio? Por supuesto, nadie trabaja gratis.

Cuando pensamos en un representante siempre se nos viene a la cabeza la imagen del típico señor con traje, con un buen coche y mucho dinero que campa a sus anchas por las ciudades deportivas de los clubs. Esta imagen viene proyectada a través de las televisiones y refieren a representantes de grandes futbolistas. Es más, casi siempre se nos viene a la cabeza la figura de Jorge Mendes, encargado de la representación de los mejores futbolistas de la élite mundial.

Yo os pido desde aquí que abramos los ojos y un poquito la mente para poder llegar a ver más allá de lo que nos ofrecen las secciones de deportes de los telediarios.

En España hay alrededor de 3.000 futbolistas profesionales jugando en las 3 primeras categorías, y no todos están representados por el estereotipo que definimos antes. Muchos de estos futbolistas le deben a sus agentes mucho más que salarios, comisiones y dietas. Hay aspectos legales, fiscales y económicos que se le escapan al jugador y ahí es donde reside la importancia de un buen asesoramiento, pues los conocimientos de los representantes tienen que solventar cualquier duda que le sobrevenga al deportista respecto de estos temas.

Al margen de esta ayuda que se sobreentiende, todos conocemos chicos que llegan a la élite del fútbol profesional y no sabemos cómo lo han conseguido, pues hay jugadores con las mismas o mejores condiciones en categorías inferiores. La respuesta es sencilla. Estos jugadores han sido bien asesorados y sus representantes han trabajado duro para "colocarlos en la pole de salida" con dirección a clubs profesionales. Es una gran diferencia respecto de los chavales que se quedan en categorías amateurs, ya que en el fútbol actual tener los contactos adecuados hace mucho. No debería ser así, pero lo es.

Para frenar el poder que ostentan los agentes deben estar los clubs. Éstos son lo primero y deben estar por encima de todo, pues detrás hay una masa económica y social y hay sobre todo un sentimiento del aficionado de a pie, que no quiere sentirse "estafado" por nadie.

Hace apenas 2 días coincidí con un futbolista profesional y hablamos un rato sobre la situación que se vivía al respecto en la actualidad. Él me ponía como ejemplo respecto al tema el método de trabajo de un club: el Sevilla. Al parecer a sus oficinas, igual que en el resto de clubs, llegan todos los días multitud de representantes con informes bajo el brazo, ofreciendo los servicios de tal o cual futbolista. Muchos de los clubs, quizás por intereses, favores o comisiones, aceptan lo que les trae el agente de turno con los ojos cerrados y firman en blanco, con la debida decepción en muchos casos. Esta es una opción.

Después está la opción del Sevilla F.C., que hace caso omiso de las recomendaciones y opta por una línea de trabajo paralela, gracias a una red importante de ojeadores repartidos por el mundo, que redactan semana tras semana el trabajo diario de tal o cual futbolista en los partidos y entrenamientos. Y recalco "trabajo diario" porque es muy complicado valorar a un jugador en un solo partido o a través de vídeos del Youtube.

En este caso, el club hispalense realiza una labor de scouting independiente, con su propia base de datos, y sólo hablan con los representantes al final para negociar las condiciones del fichaje que al club le interesa. Ya sé que el mantenimiento del organigrama que propone el Sevilla F.C. no es barato, pero los resultados están ahí. Compran jugadores "desconocidos" por 3 millones que dan un excelente rendimiento durante 2 o 3 temporadas y luego los venden por 5 veces más del precio que pagaron por ellos. El negocio es redondo. Ha ocurrido muchas veces y no es casualidad. Que sepáis que aunque el laurel se lo pongan únicamente a Monchi, el mérito debe repartirse entre otras personas que trabajan en la sombra.

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