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Gol en el Tartiere, gol de Carlos
febrero 06, 2017
Muchas veces me preguntan cuál fue la primera vez que vi un partido de fútbol en directo y no puedo contestar, porque el "loco" de mi padre me llevó por primera vez al Estadio de Riazor con apenas 15 meses. A medida que fui creciendo el cerebro se puso en funcionamiento y empecé a almacenar datos en mi cabeza. Tanto es así que a día de hoy recuerdo partidos y goles de los años 80 como si hubieran sido ayer.
Hoy quiero rendirle homenaje, con este artículo, a un jugador que marcó mi infancia para bien y para mal. Para bien porque pude disfrutar de su juego, aunque fuera por la tele, en la mayoría de los casos. Y para mal porque la gente me miraba raro cuando decía que mi jugador favorito era Carlos, el del Oviedo. Habrá muchos que ya conozcan su historia, pero estoy seguro de que la gente joven no, y creo que es justo contarle a los chavales que acuden ahora al nuevo Tartiere que el Real Oviedo tuvo en su día un delantero que se dejó todo por ese escudo.
Carlos nace en Úbeda (Jaén) en el seno de una familia humilde. Pronto se ven obligados a desplazarse a Cataluña por temas económicos. Mientras sus familiares se buscan la vida en Hospitalet, Carlos se dedica a darle patadas al balón por las calles del pueblo. Durante sus inicios Carlos juega de forma amateur en equipos como el Santa Eulalia, Juventud Hospitalet o Polvoretense, pero dónde él se divierte realmente es jugando en la calle con sus amigos.
A los 19 años le llega su oportunidad de jugar en la Tercera División catalana en las filas del C.F. Igualada, y no la desaprovecha. Tanto es así que el F.C. Barcelona se hace con sus derechos, aunque sigue jugando en el Igualada a préstamo hasta el año 1983.
En su primer año en la capital debuta en el segundo equipo del Barça ante el Real Oviedo. Su debut es tremendo: marca dos goles y es objeto de un penalti. A partir de este partido los dirigentes del equipo asturiano no le quitan ojo. En esta temporada acaba con 15 goles en el filial, mientras que se entrena a diario con las estrellas del primer equipo (Maradona, Schuster o Quini).
Tras varias idas y venidas por diferentes clubs de España (Elche, Hércules o Murcia), llega su cesión al Oviedo y aquel ascenso de 1988. Aquellos 25 goles convencieron al Atlético de Madrid para que realizara su fichaje, aun en contra de su voluntad.
Llega a la capital para ser suplente de un magnífico jugador, como era Baltazar. El resutado de su fichaje es nefasto: marca 4 goles en toda la temporada y se pelea con su entrenador, Javier Clemente. El Atlético se ve forzado a venderlo y comienza su segunda etapa en el club de sus amores.
Aquel jugador del que me había "enganchado" años atrás seguía marcando goles como churros. Su primera temporada con el Oviedo en Primera acaba con 14 goles, siendo el máximo goleador nacional. Sin embargo, el seleccionador Luis Suárez decide no convocarlo para al Mundial de Italia, una decisión difícil de entender, aun a día de hoy. Quizás en aquel momento tuviera mucho peso el equipo de origen, y el Oviedo no tenía el cartel de grande de España. Una pena...
En los años siguientes Carlos sigue haciendo historia en su club, junto a grandes fichajes como Jankovic, Jerkan, Jokanovic, Prosinecki, Rivas o Cristóbal. Además la cantera también aporta sus frutos y salen jugadores como Armando, Manel y Oli. Con estos jugadores el Oviedo de Carlos logra alcanzar una histórica sexta posición y tiene la oportunidad de jugar la Copa de la UEFA al año siguiente.
Son los años dorados del Real Oviedo. Carlos sigue exhibiéndose temporada tras temporada. Él mismo se define como jugador de la calle y yo no puedo estar más de acuerdo. Jugador inteligente, tiene la astucia de saber siempre dónde va a caer el balón. Aparece siempre en la zona de incidencia para definir con ambas piernas y para meter un montón de goles de cabeza (aunque no destaca por su estatura).
Este delantero ratonero, que siempre anda incordiando a los centrales en la salida de balón y buscándoles continuamente las espaldas, mete un total de 93 goles en Primera con los ovetenses. Aparte de su olfato goleador me encanta de Carlos su carácter pasional y temperamental, anteponiendo el bien del equipo al suyo propio. Todo esto le lleva, por fin, a jugar con la selección. Sus números con la Roja son envidiables: 6 partidos, 6 goles. En el banquillo su entrenador del ascenso, Vicente Miera. Con el posterior inquilino elegido por la Federación Española de Fútbol Carlos pasó al ostracismo total. Al fin y al cabo se había peleado años atrás con él (Javier Clemente).
Otro partido que recuerdo con gran cariño y en el que Carlos es protagonista es el Oviedo-Dépor de la temporada 92-93. Fui al viejo Carlos Tartiere para ver a mi equipo, en los inicios del Súper Dépor. El resultado 3-3. Aunque la mayoría de los deportivistas salían decepcionados del campo, yo tengo el recuerdo de salir muy contento pues mis dos delanteros de la recién estrenada Liga Fantástica habían metido dos goles: Carlos y Bebeto.
En los tiempos que corren, en los que hay partidos a todas horas, se echan de menos los carruseles de los domingos a las 5 de la tarde, con las conexiones en todos los campos de España. Cuando sonaba el pitido del gol y el locutor gritaba "gol en el Tartiere" ya sabías de antemano como continuaba la frase: "gol de Carlos".
10 comentarios
Carlos Muñoz. ..q grande era...yo lo disfrute en el hercules en 1985 en primera
ResponderEliminar...no llego a la cantidad de goles q luego hizo en oviedo pero era muy bueno, me encantaba...uno de los mejores 9 nacionales de ultimos de los 80 y 90...crack...comprendo que fuera tu ídolo, yo tb lo seguia a pesar de q sólo lo vi jugar en mi equipo un año...
Era un monstruo! Que suerte poder disfrutarlo en directo. Esperamos ver al Hércules arriba de nuevo. Un saludo Jose Francisco.
EliminarUna entrevista reciente (a partir del minuto 16:46)
ResponderEliminarhttp://www.ivoox.com/escaque-ep-43-los-magos-del-audios-mp3_rf_15142765_1.html
Gracias!!!
EliminarUn grande !! "Carlos Gol" , el ídolo azul de todos los que pisamos aquel viejo Tartiere .
ResponderEliminarTuve la suerte de verlo Domingo tras Domingo y llamaba la atención.
Marco en cada uno de los seis partidos con la selección que jugo. Un entrenador miserable como Clemente no lo llevo en 1994 a la selección siendo máximo goleador nacional.
Una lástima lo de la Selección. Para mi es su único lunar en su carrera.
EliminarSaludos desde Puebla, México, de uno de Barcelona,...
ResponderEliminarya habrán adivinado quién jugó también aquí en el Puebla, no?
Siii!!! No nos olvidamos de su paso por México. Es más, yo creo que también trabajó como director técnico del Puebla verdad?
EliminarHola Pery. Mi jugador favorito también era Carlos.
ResponderEliminarEn el 91, con 7 años, un día al volver del colegio, le pregunté a mi madre si me podía cambiar de nombre a Carlos.
Por esa época, el peluquero me preguntó que de que equipo era. Como toda persona de bien, le contesté que del Real Oviedo. A lo cual él me preguntó que quien era mi jugador favorito, a lo que respondí con un lacónico "Carlos". Su replica: "El de los cojones largos, eh".
Desde mi inocencia infantil y teniendo en cuenta que él iba armado con tijeras, únicamente tuve el silencio como respuesta.
Pasaron años hasta que volviera a esa peluquería.
Mi jugador favorito sigue siendo Carlos.
Jajajajaja! Bonita historia. Tienes que enseñarle este artículo a tu peluquero para que vea que hay mas lócos de Carlos por el mundo. Un saludo!
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