La importancia del saque de banda

A pesar del título de este artículo, mi intención está muy lejos de reproducir la tan famosa e injustamente ridiculizada teoría de Be...



A pesar del título de este artículo, mi intención está muy lejos de reproducir la tan famosa e injustamente ridiculizada teoría de Benito Floro, consagrado entrenador de los años 90 de equipos de la talla del Real Madrid. Para el técnico asturiano, la jugada concreta del saque de banda tenía una importancia VITAL en el fútbol moderno. El entorno del balompié de aquella época se le echó encima inmediatamente y fueron excesivas las bromas y las burlas que tenían como protagonistas al entrenador y a su teoría.

Años más tarde, concretamente en la final de Champions del año 2002, el Real Madrid se adelantaba en el marcador ante el Bayer Leverkusen gracias a un rápido saque de banda ejecutado por Roberto Carlos que dejaba a Raúl en una situación de 1x1 contra el portero. Aquella final es recordada por el golazo de Zidane y las paradas de Casillas en la segunda parte. Yo, a día de hoy, también recuerdo aquel primer gol y me imagino la sonrisa de Benito Floro.

Años más tarde surgieron auténticos especialistas en el saque de banda. Se me viene a la mente uno de ellos, Rory Delap, futbolista inglés que jugó entre el 2007 y el 2013 en el Stoke City. Antiguo lanzador de jabalina en edad juvenil, este futbolista era capaz de poner el balón a 40 metros de distancia de la línea de banda y a una velocidad de unos 60 kms/h. Gracias a esta técnica, Delap consiguió dar un total de 18 asistencias de gol a sus compañeros del Stoke. ¡Una auténtica barbaridad!


Pero sin querer entrar en la incidencia directa que un saque de banda puede tener en el marcador (teoría de Benito Floro), ni en los casos habituales de Delap o esporádicos de Roberto Carlos, os lanzo una pregunta a todos los lectores. ¿Qué importancia le dais al saque de banda en el transcurso de un partido?

Seguramente nunca os formularon esta cuestión y ni siquiera os la habréis preguntado vosotros mismos. Mis compañeros y profesores de la Escuela de Entrenadores se estarán riendo al leer esto. Mis jugadores también. Mis compañeros habituales de Riazor (Tenre, Chino y en ocasiones Manu) también. Todos ellos saben por donde voy y a donde pretendo llegar. Los jugadores, los entrenadores, los espectadores,...todos en general le damos muy poca importancia al saque de banda. Yo voy un poco más allá.

Al margen de las contadas ocasiones en las que realmente podemos hacer daño a nuestro rival a través de un saque de banda, creo que el objetivo final de esta forma de reanudar el juego es mantener la posesión por parte del equipo que lo ejecuta. Bien. A partir de aquí lanzo otra pregunta: ¿cuántas veces es capaz de mantener la posesión del balón el equipo ejecutor de un saque de banda?

Hace poco leí un estudio que decía que más del 70% de los saques desde la línea lateral que se realizan en la Primera División española acaban en los pies del rival. Me parecen unas estadísticas demoledoras que nos deben hacer reflexionar. Esto es así porque analizando estos números parece beneficioso que tu equipo saque el balón fuera del campo, en vez de que sea el rival el que lo haga. Hemos transformado una supuesta situación favorable en toda una desventaja. ¿Los principales culpables? Nosotros los entrenadores. Desde la base hasta los profesionales.

Es necesario hacer autocrítica en este sentido. Los que nos dedicamos a esto priorizamos en nuestras sesiones de entrenamiento la preparación física, la técnica, la táctica,... y nos olvidamos de ciertos aspectos, como el que hoy nos ocupa. Si entrenamos los córners, saques de puerta, faltas, penaltis, etc ¿por qué no entrenamos esta faceta? Esto también es balón parado. Esto también es táctica. Esto es entrenable y debemos de dedicarle un tiempo. Aunque parezca que estemos desaprovechando la sesión nuestros jugadores nos lo agradecerán porque les estaremos dando herramientas para poder salir del problema que hoy en día supone un saque de banda a favor.

Me duelen los ojos todos los fines de semana cuando veo a los profesionales dividir balones en los saques de banda. El balón se disputa y quién se hace con él (la mayoría de las veces el equipo rival) inicia el juego. Salvo en aquellos casos en los que los delanteros no presionan a los centrales y el lateral de turno puede sacar sobre ellos para iniciar, el resto es jugar a la ruleta:

Situación 1: tenemos saque a favor en nuestro campo. El rival nos hace una presión importante. Normalmente se acerca un mediocentro al lateral para darle salida. El lateral le da el balón a media altura a su compañero para que éste le pegue un voleón y lo aleje de zona "peligrosa". Resultado: balón dividido/balón perdido.

Situación 2: tenemos saque a favor en campo rival. Salvo la excepción de la que hablábamos antes en la que los centrales están libres, los compañeros del lanzador están más o menos cerca con un marcaje al hombre. La falta de movimientos de los posibles receptores provocan que el ejecutor del saque de banda envíe el balón hacia la cabeza del delantero de turno que está situado unos metros más adelantado que el lateral. El objetivo en este caso es avanzar metros, como yardas en el fútbol americano, con el fin de obtener otro saque de banda. El resultado suele ser diferente: balón dividido/balón perdido.

Situación 3: la situación de partida es similar a la anterior. La diferencia es que el ejecutor no busca la cabeza del delantero, sino que busca el pie del mediocentro, interior, extremo o mediapunta correspondiente. Recordemos que estos jugadores están sufriendo un marcaje estrecho. La falta de movimientos y, en muchas ocasiones, la mala ejecución del saque por parte del lateral, que envía el balón a media altura, provoca que el receptor necesite dos o tres contactos para tener el control del balón. Ésto traducido en tiempo en el fútbol profesional es una vida. Resultado: balón dividido/balón perdido.

Respecto a esta última situación hemos comentado la posible mala ejecución del saque por parte del ejecutor. Creo que no debemos tolerar, como entrenadores, que en una situación de saque de banda el balón no vaya dirigido al objetivo que se busca. Hay que recordar que el saque lateral es la única situación del juego en la que un jugador de campo tiene permitido el contacto del balón con la mano. Por muy bueno que sea el jugador con los pies la velocidad, la dirección y la trayectoria del balón va a tener más precisión si éste sale de las manos del jugador de turno. Por tanto, aprovechemos la ventaja que nos conceden las Reglas de Juego y no permitamos fallos en la ejecución del saque.


Podría seguir enumerando situaciones, pero no sería capaz de acabar el artículo nunca. Éstos son solamente unos ejemplos de lo que ocurre en el fútbol profesional partido tras partido. ¿De verdad que no hemos avanzado nada en esta faceta del juego? Bajo mi punto de vista NO. Los entrenadores seguimos con la famosa frase en la boca de "a banda, busca en banda" para que el lanzador dirija hacia esa zona el balón y nuestro equipo no corra peligro alguno. Creo que todos debemos de avanzar un poco en este punto. Yo, el primero.

Para acabar me gustaría dejaros una pequeña reflexión. Un campo de fútbol profesional tiende a medir 105 metros de largo y unos 65 metros de ancho (esto es una media). La multiplicación de ambas medidas nos da la superficie total: 6.825 metros cuadrados. En uno de los supuestos saques de banda de los que hablábamos antes tenemos:

- un lanzador (casi siempre es el lateral)

- un central

- un mediocentro

- un interior/extremo

- dos jugadores de ataque (dos delanteros o mediapunta y delantero)

Ésto hace un total de 6 jugadores de equipo. Evidentemente, como mínimo, debería haber 6 jugadores del otro equipo esperando la ejecución. En total tenemos a 12 jugadores de ambos equipos en un radio de acción de unos 900 metros cuadrados de media (siendo generosos). Si no tenemos en cuenta los porteros de ambos equipos, nos quedaría 8 jugadores (4 de cada equipo) cubriendo una superficie de 5.925 metros cuadrados (6.825-900). 5.925 metros cuadrados dan para mucho. Con mucho menos puedes hacer mucho daño. Teniendo en cuenta que las dos variables fundamentales en este deporte son el espacio y el tiempo... Dejo la frase sin terminar para que le deis una vuelta y para que cada uno saque sus propias conclusiones.

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