Yo y el fútbol sala. Mi aventura en el Ventorrillo FS.

 Hace un año y medio recibo una llamada de Pili Neira que hace que su vida y la mía estén hoy dónde nos encontramos: trabajando junt...





 Hace un año y medio recibo una llamada de Pili Neira que hace que su vida y la mía estén hoy dónde nos encontramos: trabajando juntos en un proyecto ilusionante y complicado a partes iguales. En aquella llamada Pili me dice que va a asumir la presidencia del Ventorrillo FS, club que cuenta con un primer equipo que compite en la Segunda B nacional, siendo el mayor referente del fútbol sala de la ciudad. Mi primera reacción fue de rechazo. ¿Qué necesidad tenía Pili Neira de enrolarse en esta aventura después de todo lo que ya había hecho por el fútbol en Galicia? Para los que no la conozcáis os adelanto que ella es una persona cabezona, a la que le da igual lo que la gente más cercana le diga. Cuando algo se le mete entre ceja y ceja va a por ello, cueste lo que le cueste. Ella sabe que cuenta conmigo para lo que sea, así que en varios días me anima para que le eche una mano en la directiva.

Tras los primeros meses en los que apenas puedo participar activamente en el día a día del Club en Marzo me propone que dé un paso adelante y que me haga cargo de la dirección deportiva del primer equipo para la temporada 2017/18. Me cuesta mucho decirle que NO a Pili, así que acepto el reto, sin duda uno de los más importantes en mi corta carrera deportiva. Creo que puedo aportar cosas en la parcela deportiva y empiezo a trabajar. Lo primero que hago es ver a menudo los partidos del primer equipo. No es lo mismo ver el fútbol sala por la televisión que en directo. En el pabellón te das cuenta de varios aspectos que engloban este deporte:

- El fútbol sala es un deporte muy exigente físicamente. Los equipos de la categoría están muy bien preparados. Una de las cosas que más me llamó la atención es que el futsal es un deporte de mucho más contacto de lo que yo percibía. Pensad en la proporción: 22 jugadores en un espacio de 100x65 en fútbol y 10 jugadores en un espacio de 40x20. Los choques y los roces son continuos. Sin embargo la sangre nunca llega al río. En este sentido el fútbol sala es un deporte más sano y deportivo que el fútbol 11.

- Respecto a la táctica, creo que el fútbol sala es un deporte imposible de explicar sin una pizarra. La estrategia está presente en todo: saques de banda, faltas, córners, saques de puerta,... Al principio alucinaba. Ahora ya me estoy acostumbrando a oír hablar de paralelas, diagonales, aclarados y bloqueos.

- En cuanto a la técnica este deporte exige ser mucho más preciso que el fútbol. Por cuestión de espacio y tiempo, que son más cortos que en el césped, los recursos técnicos deben ser muy finos: entradas, regates, controles, pases, tiros,... Todo es más complicado cuando tienes a mucha gente a tu alrededor.

Yo como entrenador de fútbol animaría a que los niños practicasen también fútbol sala si quieren obtener una mejora en el apartado técnico. No hay más que ver lo que ocurre en Brasil y su cantera. En este país no existía hasta hace muy poco el fútbol 7 y los niños sólo podían jugar a fútbol sala hasta que tenían una cierta edad. Una vez cumplidos los años daban o no el salto a fútbol. Los Neymar, Ronaldinho, Djalminha, Romario,... todos tuvieron un pasado en este deporte.

Al margen de las cuestiones técnico-tácticas el fútbol sala se muestra como un deporte atractivo, de mucha incertidumbre y de alternativas en el marcador. Todo es susceptible de variar en apenas unos segundos. El otro día leía un artículo en una revista especializada que decía que solamente se da la vuelta al marcador en un 20% de los partidos disputados en fútbol. No sé el dato exacto en fútbol sala, pero estoy seguro que la proporción sube y mucho. Da igual que tu equipo haya dominado todo el partido y gane por un gol a falta de 30 segundos. Todo puede dar la vuelta en ese tiempo.

Tras estas primeras semanas de acercamiento y estudio en profundidad del fútbol sala me pongo manos a la obra con el proyecto del Ventorrillo FS para la temporada 2017/18. Una vez que se acaba la Liga me propongo sentarme con todos los jugadores de la plantilla de manera individual. Mi objetivo es doble: quiero que me conozcan y quiero conocer sus planes de futuro. Soy de los que piensa que cuando uno llega nuevo a un sitio es fundamental no hacer mucho ruido y seguir una línea continuista. Así que mi primer objetivo es lograr convencer a todos los jugadores de que se queden en el equipo. 

A pesar de mis esfuerzos para seguir con el bloque de la temporada anterior no logro evitar la marcha de 4 jugadores. Jacobo deja el fútbol sala, Martín se marcha al Esteo y Aitor y Matos al Zamora. Éstos 3 últimos jugadores eran piezas angulares en el proyecto deportivo. Eran jugadores que acumulaban 25-30 minutos de media por partido y con una gran incidencia en el juego. En este contexto empiezo a trabajar y a buscar jugadores que reemplacen a los que se marchan. La misión no es sencilla: soy nuevo en este deporte y ni yo conozco a la gente ni la gente me conoce a mi. Al margen de eso, tengo que encontrar un entrenador para la nueva temporada.

¿Qué hacer ante este panorama? PREGUNTAR. Os lo digo como consejo por si alguna vez os veis en una situación similar a la mía. No se debe tener miedo ni complejo a preguntar. Pienso que es positivo recopilar la mayor información posible del mayor número de fuentes posibles para poder tomar decisiones acertadas y afrontar un reto de este calibre. 

Solamente mi familia sabe el tiempo y el dinero que invertí este verano para intentar conformar una plantilla competitiva. Hablé por teléfono con unos 50 jugadores. Me desplacé hasta sus zonas de residencia. Les invité a tomar algo e incluso a comer. Y les intenté convencer para que jugaran con nosotros. Esta es la parte oscura de la labor de director deportivo de un Club. La parte que mucha gente desconoce y de la que más orgulloso me siento. Para los que no lo sepan os diré que éste es un trabajo ingrato, sobre todo en un Club como el nuestro, con un presupuesto tan bajo. De esos 50 jugadores con los que contacté logré fichar a 5. Un éxito del 10%. Puede parecer poco, pero en nuestras circunstancias no está nada mal.

Dicen que el dinero no da la felicidad, pero que ayuda. No es fácil competir contra clubs de tu misma categoría que pagan 400, 600 800 o hasta 1000 euros al mes a sus jugadores. ¿Sabéis lo que cobran los jugadores del Ventorrillo? NADA. Así como os suena. No cobran absolutamente nada. Entrenan 3 días a la semana y hacen viajes a Valladolid, Zamora, Salamanca, Segovia, Langreo, etc. En algunos de estos desplazamientos se meten hasta 12 o 13 horas en un autobús. Ahora vete y dile a un jugador de Segunda B de fútbol que haga lo mismo por amor al arte. Verás su contestación.

Ante esta falta de recursos económicos solamente me queda ofrecerles toda la ayuda que esté en mi mano para que estén a gusto en el Club. Es lo menos que puedo hacer por ellos. Ésto no significa que ellos tengan el poder en sus manos, como dice algún que otro personaje por ahí. Pero en estas condiciones hay que saber tener un poco de mano izquierda y yo la tengo. Ellos saben cuál es su papel y cuál es el mío y eso es lo importante. Todo el mundo tiene claro su rol.

Deportivamente la temporada está llegando al ecuador y estamos pasando más apuros de los que nos gustaría. El objetivo de este año es claro: salvar la categoría. A partir de ahí y del esfuerzo que está realizando la directiva para conseguir una mejor salud económica el futuro que tenemos por delante es prometedor. Las cosas se están haciendo bien a todos los niveles y los objetivos a medio plazo serán otros. Esta es una temporada de transición, en la que todos estamos remando en la misma dirección y estamos aprendiendo día a día de nuestros errores para poder convertir al club de barrio en el club de referencia del fútbol sala en la ciudad. No tengo duda de que lo conseguiremos.


Para acabar me gustaría agradecer de forma pública a esos 13 héroes que se dejan el alma en cada entrenamiento y en cada partido para sacar ésto adelante:

- Iván Buxía: dicen los que saben que es el mejor portero de la categoría y uno de los mejores de Galicia. Como todos los porteros está un poco "tocado" de la cabeza. Ya sabéis. Demasiados golpes.

- Isaac: es un ejemplo de superación. Creció desde abajo hasta llegar al primer equipo. Siempre con buena actitud y buenas palabras. Este año estrena capitanía. Más que merecida.

- Andrés: es una de las personas con la que más hablé en verano. Le gusta tener todo atado y bajo control. Aunque en las últimas semanas ha perdido un poco de ilusión estoy seguro de que lo recuperaremos para la causa. Es su obligación dar un paso al frente este año.

- Anxo: buscad en el diccionario la palabra "trabajo" y aparecerá su cara. Nunca deja de sorprenderme. Es increíble el nivel de autoexigencia que tiene. Es su segunda temporada jugando a fútbol sala y si sigue así desconozco dónde tiene su techo.

- Faílde: este año lo veo más a gusto en el Club y eso se nota, tanto dentro como fuera de la pista. En su contra diré que tenemos algo pendiente entre él y yo, y es que no viene a las cenas de equipo. Es algo que lograré cambiar.

- Gigirey: en su momento dí la cara por él y espero no haberme equivocado. Es otro de los que tiene que dar un paso al frente este año. Es el prototipo del jugador de la calle: talento y carácter a partes iguales.

- Puertas: éste se pelea en la pista contra cualquier jugador que no vista de azul celeste. Por el Vento es capaz de desplomarse o de abrirse la cabeza contra un rival.

- Alberto Buxía: es una voz autorizada dentro del vestuario. Sin duda el jugador que mejor conoce las virtudes y carencias del equipo. Su palabra vale oro para mi y para sus compañeros.

- Berto: 20 años en el Ventorrillo FS. Creo que una parte del escudo del Club ya es de su propiedad. Este año también estrena capitanía (iba siendo hora).

- Jhonny: el hijo pródigo ha vuelto a casa. Este año no estamos viendo su mejor versión, pero estoy seguro de que con el tiempo acabará consiguiendo lo que se proponga.

- Piñe: al principio del verano le pedí que hiciera la pretemporada con nosotros y finalmente lo convencí para que acabara fichando, a pesar de sus obligaciones familiares y laborales. Es la serenidad del vestuario por excelencia. Un jugador de Club.

- Álex Ares: mucha gente me había hablado maravillas de este ex-jugador del Vento. Como persona sólo puedo decir cosas buenas. Como jugador está llamado a ser uno de los que tiren del carro, por aptitud y actitud.

- Guillán: es el hermano pequeño del vestuario al que hay que regañar. Tiene capacidades muy interesantes pero su juventud le juega malas pasadas en mucha ocasiones. Entre todos lo estamos llevando por el buen camino.

A vosotros, a mis 13 guerreros os quiero dar las GRACIAS en mayúsculas. No está siendo fácil. Sabéis que tenéis toda mi confianza y que aquí tenéis a alguien dispuesto a ayudaros en lo que necesitéis. Sólo os pido que trabajéis más y más cada día para sacar ésto adelante. El trabajo es la única fórmula que conozco. Y creed. Creed en vosotros, porque no sois inferiores a nadie. Solamente tenéis que demostrarlo.


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