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Pegada para iniciar el año
enero 09, 2018
No os voy a mentir. Necesitaba descansar. En un arranque de temporada espectacular en el que el Silva SD se colocó líder en solitario de la Tercera gallega tras ganar 7 partidos de forma consecutiva llegaron los meses de Noviembre y Diciembre en los que los resultados no fueron los esperados. De los últimos 7 partidos de la primera vuelta disputados entre esos dos meses solamente fuimos capaces de ganar 2, marcando 4 goles y encajando 8. Jugamos el último partido del año el 17 de Diciembre y me eché a descansar.
Cuando formas parte de un cuerpo técnico de un equipo no formativo, que tiene que buscar la victoria todos los fines de semana, como es mi caso, te llevas los resultados para casa, o al menos a mi me ocurre así. Todo lo que hagas el fin de semana te va a condicionar en el día a día de la semana. Tras los primeros partidos todo iba rodado en el entorno del equipo y en su día a día. Cuando no consigues ganar la cosa cambia. Todo esto conlleva una carga emocional fuerte y provoca un desgaste. Es por ello que tras aquel 17 de Diciembre, después de ganar 3-0 al Barbadás, mi cabeza dijo "stop" y desconecté totalmente del fútbol.
Son muchos los estudios psico-deportivos que demuestran la idoneidad de un descanso en el intervalo medio de la competición, amén del descanso a final de cada temporada. En mi caso particular estas vacaciones de 3 semanas me provocaron, en los últimos días, un ansia fuera de lo normal esperando la llegada del fin de semana del 6-7 de Enero. Se puede decir que había recargado las pilas y tenía "mono" de fútbol. Tanto es así que aparte de nuestro partido contra el Compostela me enganché a la televisión y vi 6 partidos de Primera División. Creo que es mi mejor marca personal.
Aunque cada encuentro es diferente observé en los 7 partidos un denominador común: la importancia de la pegada. Estamos acostumbrados a escuchar esta expresión en las ruedas de prensa de los entrenadores profesionales y este fin de semana ha quedado probada su interferencia en el juego. Me explico a continuación.
Tras abrir los regalos del día de Reyes me puse a ver el Atlético-Getafe. Hace poco os pregunté en redes sociales sobre el papel que podría tener Diego Costa en el Atlético de Madrid. Después del partido del sábado me queda claro que es el equipo hecho a su medida. El hispanobrasileño mejora exponencialmente sus capacidades cuando juega de rojiblanco. Todas sus virtudes se elevan a la máxima potencia. Él solo provocó en su rival algo impropio en cualquier equipo de Bordalás: desorden. Sin ser un partido de grandes ocasiones el Atlético se llevó el primer partido del 2018 por la vía rápida. Por cierto, ya que hablamos de Costa me gustaría hacer un apunte sobre su expulsión: sería interesante que los jugadores conociesen el Reglamento.
Tras la comida me senté a ver el partido que disputaban la UD Las Palmas y el Eibar. Quería ver la posible reacción del equipo canario tras el fichaje de Paco Jémez. Durante el partido no fui capaz de ver nada de su cosecha, algo normal por otra parte debido al poco tiempo que lleva trabajando en la isla. Simplemente vi un equipo más activado que en partidos anteriores, reacción habitual ante cualquier cambio de entrenador. Tras hacer lo más difícil adelantándose en el marcador al equipo de Paco le faltó controlar el juego con y sin balón. Ésto derivó en la remontada armera con dos goles de cómic tras una falta frontal y un saque de banda. Tiene trabajo el bueno de Paco.
De noche llegó el plato fuerte. Si hay un partido de Primera que intento no perderme es el derbi sevillano. No sé porqué pero antes de empezar el partido escribí en un grupo de whatsapp que tengo con amigos sevillanos (unos sevillistas y otros béticos) pronosticando que el Betis iba a plantar cara en el partido. Lo que no me imaginaba es que iba a ir ganando a los 22 segundos de empezar el encuentro y sacando el Sevilla de centro. Y menos me podía imaginar el resultado final de 3-5. Una fiesta para el aficionado neutral y un quebradero de cabeza para los dos entrenadores.
En el partido me sorprendió la falta de capacidad para generar juego que tiene el Sevilla. Con un N´Zonzi desaparecido y con Banega intentando acaparar todo el centro del campo el equipo sevillista se diluía en un juego carente de ritmo y con muy poca profundidad. Cabe destacar, también, la falta de contundencia defensiva en ciertos momentos, no sólo de la línea de 4 de atrás, sino de todo el equipo en general. Si tu quieres ganar un partido y más concretamente un derbi debes de vencer en la mayoría de las batallas individuales que se produzcan en todo el campo.
Por lo que respecta al Betis es innegable la mano de su entrenador. Por momentos su salida de balón hacía que me revolviera en mi sillón. El gen combinativo de Setién es el sello personal de este equipo. De un área a la otra. El tercer gol es una muestra del juego de posición que intenta imponer el míster en su equipo. La llegada de Durmisi como tercer hombre para rematar me recuerda a una acción recurrente de un equipo grande. ¿Adivinan cúal? Si, es una copia del típico gol de Jordi Alba en el FC Barcelona.
Ya que es muy complicado que la manta tape los pies y la cabeza es importante destacar también el agujero que tiene el equipo verdiblanco en las jugadas a balón parado. Los 3 goles sevillistas vienen por esta vía. Y pudieron ser más, ya que cada córner y cada falta era medio gol, pues todos los saques encontraban la cabeza de un jugador del Sevilla.
El domingo por la mañana me tocó a mi sentarme en el banquillo para jugar el partido contra el Compostela, que venía de líder a nuestra casa. Os dejo las estadísticas: 7 tiros a puerta del Silva por 4 del Compos. Resultado final: 1-3 a favor de los de Santiago. No hay más preguntas señoría.
En la sobremesa del domingo vi el Barça-Levante. El Barcelona sigue con su velocidad de crucero y con una pegada arriba similar a lo que había sufrido yo con el Compos por la mañana (salvando las distancias, claro). No les hace falta generar muchas ocasiones. Les basta con materializar las que tienen.
Tras el partido del Nou Camp se jugó un Villareal-Dépor. Es verdad que "mi equipo" dio otro nivel diferente al de las últimas jornadas. Tuvo el balón, supo que hacer con él pero le cuesta mucho generar ocasiones claras, y cuando las tiene no las mete. Por el contrario le siguen penalizando mucho sus errores defensivos. Con muy poco le arman el taco.
Para acabar el fin de semana me comí el Celta-Madrid. Tras la justa victoria en el derbi gallego, el Celta llegaba a este partido con un plus importante de motivación y eso se vio reflejado en el campo ya que si alguien mereció ganar este partido fue el conjunto gallego. Pero volvemos a lo de siempre, la famosa pegada. Dos goles de Bale fueron suficientes para que el Real Madrid se llevase un punto del estadio de Balaídos.
Al acabar el domingo llegué a una conclusión de perogrullo. No te vale de nada tener el control del juego, llevar la iniciativa, marcar el ritmo o tener la posesión del balón si cuando llegas a la zona en la que se cuecen las habas no estás acertado. Si aun encima tienes errores de bulto en defensa estás sentenciado. En el dominio de las áreas es donde reside la diferencia entre los equipos grandes y el resto de equipos. El último cuarto de campo es el fundamental para llevarte los 3 puntos de cada partido. Si dominas todos los ámbitos del juego pero fallas en éste sólo te llevarás a casa una victoria moral. Como siempre se ha dicho en torno al fútbol, al final todo depende de que entre la pelota.
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