La hora de la verdad

Hacía mucho tiempo que la Copa de Europa no me enganchaba tanto como este año. He de decir que normalmente no veo los partidos de la co...


Hacía mucho tiempo que la Copa de Europa no me enganchaba tanto como este año. He de decir que normalmente no veo los partidos de la competición hasta que pasa la Navidad. Entiendo que todos los equipos clasificados tienen derecho a participar y a apurar sus opciones en la fase de grupos, pero me resulta complicado sentarme ante el televisor en la primera ronda.

En los primeros meses sigo la competición por la prensa deportiva (la de verdad) y si hay algún partido con un resultado fuera de lo normal lo veo repetido, pero no suele ser lo habitual. Siempre he sido un defensor del antiguo formato de la Copa de Europa. Me gustan las eliminatorias. Creo que ahí reside el auténtico espíritu de las competiciones europeas. Para premiar la regularidad cada país tiene su propia liga doméstica.

Si ya me gustan poco las liguillas, me gustan aún menos cuando éstas son dirigidas. No comulgo con los coeficientes UEFA ni con los cabezas de serie. No es algo exclusivo del organismo europeo. En los sorteos de la Copa del Rey de la RFEF ocurre tres cuartos de lo mismo, y yo no termino de acoplarme.

Ojo, que yo no estoy intentando quitarles la razón, simplemente expreso mi desacuerdo. Creo que todos somos un poco cómplices de estos sistemas de competición. Nos encanta el fútbol. Queremos fútbol de nivel todos los días. De Liga, de Copa, de Champions, de Europa League, de selecciones,... La semana que no consumimos fútbol nos sentimos huérfanos. Mientras tanto los clubs hacen caja. Los organismos hacen caja. Las televisiones hacen caja. Y los aficionados nos pegamos un atracón semana si y semana también. Todos salimos ganando. ¿Todos? Bueno, el jugador profesional acumula partidos, viajes y horas de concentración. Habría que preguntarles que opinan ellos sobre el hecho de tener que jugar más de 50 encuentros por temporada. Al fin y al cabo ellos son los protagonistas.

Sin querer entrar en debates llegan los octavos de final de la mayor competición de clubs y empiezo a interesarme por los partidos. Siguiendo la dinámica de la fase de grupos los resultados que se producen en la primera ronda eliminatoria son los esperados, salvo la machada del Sevilla en Old Trafford tras el empate a ceros de la ida. El resto entra dentro de lo previsible, aunque algunos medios nos quisieran vender como hazaña la clasificación del Real Madrid ante el PSG.

Las eliminatorias de cuartos de final si que tuvieron el nivel que se presupone a una competición como la Champions League. Tardaremos tiempo en olvidarnos de estos partidos, tanto por el fútbol desplegado como por la incertidumbre del resultado (quien lo diría tras los resultados de los partidos de ida).

¿Y ahora qué? Pues ahora llega la hora de la verdad. Cuatro equipos de las cuatro grandes ligas. España, Alemania, Italia e Inglaterra estarán representadas. Un hecho insólito, sin precedentes.

El Real Madrid se enfrentará al Bayern de Múnich. Si hay un clásico en la Copa de Europa es este partido. Ya he perdido la cuenta de las veces que se han enfrentado ambos conjuntos, pero estoy seguro que el balance de victorias es parejo. Preveo una eliminatoria muy competida, que seguramente se decidirá en el partido de vuelta.

El Real Madrid viene de pasarlo realmente mal ante la Juventus y de clasificarse de forma agónica en el último minuto y de penalti. Me pareció tan sorprendente la superioridad del R. Madrid en el partido de Turín como la falta de soluciones ante el juego planteado por la Juve en el Bernabéu. Nadie sabe que hubiera pasado si se hubiese jugado aquella prórroga, pero encajar 3 goles en un partido de vuelta en tu estadio es para preocuparse. A pesar de ésto y de la polémica del penalti hay que reconocer que este equipo tiene una relación de "amor eterno" con la máxima competición continental. Para mi es el máximo favorito a ganar la Copa de Europa, que sería la número 13 en su palmarés y la tercera consecutiva.

Enfrente espera el campeón alemán por excelencia. Sin rival en la liga bávara, el Bayern es el último campeón no español de la Champions, allá por el 2013. En cuartos de final superaron de manera solvente al Sevilla, al que ganaron 1-2 en el Sánchez Pizjuán y con el que empataron 0-0 en Múnich.

La otra semifinal mide a los dos equipos revelación del torneo. Ambos figuraban en el bombo 3 (no eran cabezas de serie) en el sorteo de la fase de grupos y ambos han llegado hasta esta ronda por méritos propios. Me resulta difícil no recordar aquella final de 1984 entre estos dos conjuntos en el Estadio Olímpico con Grobbelaar en modo estrella.

La Roma busca volver a una final 34 años después. El camino hasta aquí no ha sido fácil. Quedó primero de un grupo en el que estaban Chelsea y Atlético de Madrid. En octavos de final remontaron un  2-1 adverso ante el Shakhtar Donetsk. Pero la remontada en mayúsculas se produjo en la siguiente ronda. El F.C. Barcelona ganó 4-1 en la ida, un resultado engañoso por lo visto sobre el césped. A pesar de eso nadie imaginaba lo que pasaría en el Olímpico semanas después. Y el que diga que se lo esperaba miente. En un alarde de ejercicio de presión, achique de espacios y de ayudas constantes la Roma fue capaz de quitarle el balón al Barça y supo lo que tenía que hacer para crear peligro en el área culé. Viendo el partido repetido puedo decir que el 3-0 fue un resultado corto.

En la otra eliminatoria el Liverpool golpeó primero en Anfield Road ante el rey de la posesión, el Manchester City. A los hombres de Klopp no les importa no tener el balón. Solamente les interesa robarlo con espacio por delante y echar a correr con las 3 balas de arriba. El técnico alemán se llevó para Liverpool el juego de transiciones que tan buen resultado le había dado en Dortmund y sus pupilos lo están sabiendo interpretar de maravilla.


Tengo mucho interés en ver lo que ocurre en esta semifinal entre estos dos equipos. Considero que Klopp y Di Francesco son dos enormes estrategas y el resultado de estas eliminatorias va a estar en sus cabezas. Pueden ser partidos para sacar muchas conclusiones a nivel táctico. Partida de ajedrez sobre el césped.

Amig@s pónganse cómodos en sus sofás. Vamos a gozar de 4 partidazos. Ha llegado la hora de la verdad.

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